Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1521
Legislatura: 1893-1894 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 10 de abril de 1894
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 103, 3437
Tema: Orígenes y significación de la última crisis ministerial

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Yo no quería más que cumplir un deber que considero ineludible: el de dar, en nombre de los partidos monárquicos, la bienvenida al campo de la Monarquía a la antigua agrupación posibilista después del elocuente discurso del Sr. Celleruelo. (El Sr. Junoy: No todos.) A los que representa el Sr. Celleruelo. La bienvenida a los que ingresan en el campo de la Monarquía, en el cual fructifican y prosperan los principios que ellos, tanto los que vienen como los que se quedan rezagados, pero que también vendrán? (El Sr. Junoy: Nos quedamos en nuestro puesto.) han venido proclamando hace veinte años con una consecuencia y una lealtad verdaderamente dignas de aplauso.

Bienvenidos al campo de la Monarquía, y bienvenidos sean al partido liberal, en el cual serán considerados como amigos antiguos, porque hace veinte años, en lo esencial, fuera de la forma de gobierno a la cual no habéis atentado, hemos venido defendiendo los mismos principios, y por vuestros esfuerzos y los nuestros hemos conseguido consignar en nuestras leyes y que hoy se practiquen. Bienvenidos seáis, no a ser soldados, sino a ocupar el lugar que vuestros servicios merecen dentro de nuestro partido, que os considera como amigos antiguos porque vuestra conducta y vuestra lealtad para con vuestro ilustre jefe, y vuestra antigua agrupación, son prenda segura y firme garantía de vuestra conducta y vuestra lealtad para el partido liberal, que confiadamente y con aplauso os acoge. Vosotros sois los primeros en venir; he oído decir que no vienen todos; vosotros venís los primeros, para enseñar el camino a los que quedan rezagados, pero que también vendrán, como vinieron al camino que su ilustre jefe les trazó hace veinte años: al camino que su ilustre jefe les trazó hace veinte años: al camino de la paz, de la tranquilidad, de la lucha legal en los comicios, a pesar de vuestra resistencia en un principio. Hoy no queréis aceptar algunos lo que os aconseja el insigne patricio que os ha dirigido con tanta gloria suya y tanta honra vuestra; ya lo aceptaréis mañana; el Sr. Celleruelo y sus amigos son los primeros; tengo la seguridad de que antes de poco tiempo los demás les seguirán (El señor Anglada: No) por convicción; por interés de la paz pública, y para bien del país. (Aplausos.- El señor Pedregal: Eso, a Castelar.- El Sr. Muro: Conste que el aplauso ha sido tardío.)



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